martes, 5 de febrero de 2013

CONFESIONES DE LOS DEMONIOS OBTENIDAS BAJO LA AUTORIDAD DEL SANTO EXORCISMO CON EL PADRE WILSON SALAZAR

 

28 de diciembre de 2012


El Padre Wilson procede a leer los comentarios tomados de los exorsismos y liberaciones: (Aclaratoria: Tener en cuenta que el vocabulario que se usa en diversas ocasiones es muy procaz y ofensivo (Blasfemo), porque así, se expresan los demonios. RECOMENDAMOS CUBRIR EN ORACIÓN CON LA PRECIOSISMA SANGRE DE CRISTO LA LECTURA DE ESTAS CONFESIONES)
….dice el demonio: odio terriblemente a esos tontos que se confiesan tan seguido, que me acaban mi reino, y después van a recibir a ese Crucificado con tanta devoción, los odio cuando se arrodillan a rendir culto a ese Cristo como Dios, los odio cuando se postran a recibirlo y adorarlo haciéndoles reverencias y venias como a Dios. Los odio, no puedo nada contra esos malditos gusanos, postrados ante su Dios. Los odio porque me acaban y le hacen daño a mi ejercito, los odio cuando cierran sus ojos y piensan en ese Dios y abren su boca para recibirlo, no puedo mirarlos, son invensibles de rodillas y postrados sin tocarlo, con sus cochinas manos, no puedo nada contra esos malditos adoradores……
 
…..pero gracias a los sacerdotes y sus leyes eso se está acabando, hoy día casi nadie se arrodilla a recibir a Ese Crucificado de rodillas y si lo hacen los curas los regañan y los mandan a parar, que risa me dan, que gozo para mi, como me ayudan los curas, fueron mandados a expulsarme pero son mis amigos. Poco creen en ese Dios y por eso regañan a los que los quieren recibir de rodillas y como perros regañados se tienen que levantar para recibirlo de pie. Mis curitas son mis buenos amigos porque les doy placeres y no los dejo creer en ese Dios en la Misa y así se alejan de Él, y viven eso de cualquier manera. Y lo dan como un pedazo de pan, o peor porque lo toman como cualquier cosa, sin amor y sin fe.
 
Basta ver las consagraciones hoy en día en las Iglesias, todas a las carreras, los curas tontos, toman a Ese como cualquier pedazo de tiesto, y lo manipulan a las carreras, muchos ni se arrodillan, y dicen esas palabras, como una diarrea, todo de afán, y lo llevan sin amor, y como si eso no fuera nada, cuanto gozo viéndolos consagrar sin fe, ni amor, y yo lo hago todo, para que esos curas no crean.
 
Con razón esos tontos fieles no comulgan con amor, sino de cualquier manera, las Misas de hoy en día son tan mal hechas que nadie siente a ese Dios, me infiltré en lo mas sagrado que tiene esa podrida Iglesia. Y así e metido la “abominación de la desolación” en el Templo Sagrado de Dios, y nadie dice nada, y los curas no dicen nada solo piensan en la plata de la Misa, pero no en celebrarla bien, ya no les interesa ser santos, ni místicos, ni consagrados, solo les interesa el mundo, y la carne y yo se los doy, y los acomodo para que no celebren bien, pobres curas, a muchos ya les tengo preparado el lugar privilegiado a mi lado en el infierno, porque cuando se mueran y yo reclame su alma así como en el podrido cielo tenían un lugar al lado del Crucificado, pues yo les tengo un lugar en mi infierno a mi lado por siempre para torturarlos eternamente por sus maldades inmundas, podridos curas mios, ellos no saben que lo primero que evaluará Dios es como celebran la Santa Misa, la mayoría pierde el examen y se tiene que ir conmigo a mi infernal fuego para azotarlos por toda la eternidad. Curas mios que celebran las Misas de cualquier manera ya tienen marcado a fuego su propia condenación. Pobrecitas bestias vestidas con habitos sagrados, como me deleito con ellos en mi infierno, y todo porque celebran esa Misa a las carreras, consagraban a ese Cristo sin amor y lo daban sin fe y de cualquier manera, podridos, van a venir al infierno a reunirse con todo el ejercito de curas condenados encabezado por el obispo Judas Iscariote, mi mas fiel colaborador, para destruir a los curas, en esta época, un cura que celebre mal la Misa, y la haga mal y a las carreras, ya tiene la mitad del infierno ganado.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA (3 VECES)
Es de lo poco que no perdona el Creador, que hayan tratado mal a su Hijo en la Eucaristía, de esta manera yo lo llevo a que lo escupan y lo azoten mas cuando lo consagran sin amor, pobres curas, y pobres tontos fieles, porque son mios, cuando reciben a ese Crucificado de pie, con orgullo y arrogancia, como si se igualaran a Él. Pobres tontos soberbios, les preparo un lugarcito en el infierno, porque si algo le duele al Creador es que reciban a ese Crucificado de pie, y en la mano.
 
Mi reino se llena mas de esos sacrílegos, profanadores malditos, que reciben a Ese Jesus de cualquier manera. Preparense porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva al infierno y son muchos los que entran por ella. Y esos tontos entraran por haber profanado a ese Jesus. Pobres curas infieles, sacrílegos, aquí está su lugarcito prepárense, son mios, porque osaron blasfemar con su falsedad a su mismo Dios, haciendo lo que ni los Ángeles hacen, “tocarlo” y estar muy de pie ante Él.
Celebran mejor mis sacerdotes satanicos mis misas negras, que esos tontos porque yo sí soy exigente en mi culto. Si no lo hacen los mato.
En cambio esos bastardos, curas infieles, tontos profanan a su Dios como cualquier pedazo de m….
Ave María Purísima, sin pecado concebida (3 veces)
(Alguien o muchos pueden escandalizarse de esto pero pasa que el demonio solo sabe hablar porquerías, solo sabe odiar)
La fe no es para pisotear a Dios, como lo hacemos muchos de nosotros.
Ahora el demonio habla sobre las monjas y los monjes contemplativos: y dice: me preocupan mucho aquellas mujercitas con la cabeza cubierta que abandonan todo y a todos para recluirse entre cuatro paredes para santificar todo aquello que es bello y bueno por Aquel Dios que yo he logrado vencer en la Cruz, día y noche se mortifican con ayunos y vigilias, inconcientes, no duermen suficiente, no comen según les manda el cuerpo, no hablan libremente en todas partes y mantienen silencio. Esas me hacen llorar…….
 
A pero esto si me agrada sigue diciendo el demonio: los que rezan y pecan, que dicha me dan, van a la Iglesia e hipócritamente rezan, y se dan bendiciones, y parecen devotos. Pero luego cuando salen pecan y pecan, con su lengua, con su mirada, hay quienes entran en la Iglesia y parecen que rezan pero están mirando a los otros para juzgarlos y miran lujuriosamente a las mujeres, o chismosean en la misma Iglesia sobre los demás.
 
Ahora habla de la Comunion en la mano: dice que es uno de los triunfos mas grandes de satanas en su reino. Que lo toquen al mismo Dios, que dicha con sus manos manchadas, cuando ni siquiera los Angeles pueden tocarlo, que dicha como se pasean por la Iglesia, los soberbios y orgullosos, con sus manos negras de maldad, tocando a su Dios como si fuera un pedazo de pan. La Iglesia se degrada en lo mas sagrado que tiene, al mismo Dios en sus manos, es uno de los mas grandes logros que he tenido en toda la historia.
 
La abominación de la desolación en el Templo de su Dios, ya no necesito robar esa Hostia para los cultos satánicos, ahora mis súbditos estiran su mano y se la entregan sin problema. Su Iglesia se pudre, es como una leprosa que nadie ve, porque se han atrevido gracias a mi, a tocar a su Dios, estoy destruyendo la sacralidad de esa Iglesia, así acabo con todo mi fuego devorador, desde dentro todos pueden manosear a su Dios, los Apóstoles en el cielo lloran de dolor al ver como tocan a su Dios, solo a ellos se les dio ese poder, ahora todos lo tocan como si fueran dueños de Dios. El que tenga oídos para oir que oiga.
 
Habla el demonio de los ministros de la Eucaristía: cuanto me agradan esos tontos que se creen curas, y hasta los llaman ministros, que risa me dan, se ufanan de tomar a su Dios en sus manos, de sacarlo de su Sagrario, de darlo a los otros con arrogancia y pensando que tienen autoridad, que risa me da. No toda ley de la jerarquía eclesiástica es querida por ese Dios, esta si la quise yo, esos ministros piensan que son importantes y que un curso los habilita para tener a su Dios en sus manos, como me sirve a la desacralización de esa Iglesia que odio, así me río de lo mas sagrado y me burlo de su Dios que impotente ve como lo manipulan. Piensan que son santos elegidos para tocar a Dios con sus manos y sacarlo de los Sagrarios, y llevaros a otros, aunque me arda el fuego del infierno, tengo que reconocer que ni yo mismo puedo tocara ese Dios, que rabia me da, me quema todo mi ser con solo sentirlo a kms. Pobre estúpidos ministros piensan que son mas santos por ese ministerio y son servidores mios, pero yo todo lo hago perfecto, ni siquiera los Apóstoles en la Ultima Cena tocaron a su Dios. Ahora todos lo pueden tocar.
 
Que los curas no confiesen, ni se confiesen, o confiesen mal, que les digan a los tontos cristianos que ya nada es pecado que la infidelidad, y el adulterio, la traición y los malos pensamientos no son pecado. Las penitencias son tan tontas que no reparan nada, o peor, se confiesan los tontos y salen regañados, ya muy pocos desean confesarse porque los curas son malos y no inspiran santidad como para que alguien se confiese con ellos. Las Iglesias se han convertido en morada de maldad, gracias a que he infiltrado el pecado y la maldad entre los llamados sevidores del Altar. Ya los fieles no ven como antes a los sacerdotes, santos y sagrados, sino como simples hombres pecadores como ellos. Los curas escandalosos, cuantos cuantos, son mas y mas, cada día, malos corrompidos y adúlteros, todo menos santos, miren los medios de comunicación cada vez, salen mas y mas curas escandalosos, con cosas graves destruyendo la fe, pobre Iglesia podrida en sus maldades, y todo lo he hecho yo.

LA MARAVILLA DE LA VIDA


 

Entre tantos millones de abortos que se realizan cada año hay historias hermosas, dignas de contarse. Algunos seres humanos sobrevivieron al aborto y se sienten felices de vivir, aunque sea con algunas limitaciones. Veamos algunos casos concretos.
Betty estaba embarazada de gemelos y decidió practicarse un aborto. El médico reconoció los restos de un feto y creyó que la interrupción del embarazo se había realizado con éxito. Unas semanas después, Betty sintió que algo se movía en su vientre. Era una niña que se había resistido a ser abortada y a morir, a pesar de haber perdido casi todo el líquido amniótico. El médico se ofreció a practicarle una nueva intervención para completar el aborto. Se negó y decidió tener a la niña. Su nombre es Sara Smith y está muy contenta de haber venido a este mundo. Nació prematura, con las piernas cruzadas sobre el pecho y las caderas dislocadas. Hasta los dos años y medio vivió en hospitales y, antes de cumplir los catorce, había sufrido treinta operaciones.
Cuando su madre le contó que las primeras semanas las había pasado en su vientre con un hermanito gemelo, Sara entendió un sentimiento que había tenido siempre, la sensación de que le faltaba algo. Antes de saber la verdad, cuando tenía 9 años, compró dos figuritas, de un niño y una niña. Es como si siempre hubiera intuido o inconscientemente siempre hubiera sabido que tenía un hermano. “Pienso que, como gemelos, podían separarnos físicamente, pero siempre sentiré su ausencia”, dijo.
Al niño abortado le pusieron una lápida con su nombre grabado, Andrew James Smith, sobre una tumba vacía en el cementerio de Irvine, en California.
 
Kristen decidió abortar a escondidas de su madre que trabajaba como voluntaria en la organización Birthright (Derecho a nacer). La misión de Tina era aconsejar a las mujeres embarazadas y darles apoyo moral. Con su hija hizo lo mismo. A pesar de ello, Kristen acudió con una amiga a la oficina de Paternidad Planificada, dependiente de la IPPF, y se practicó un aborto. Cuatro semanas después volvió a hacerse una revisión al centro de planificación y le dijeron que aún seguía embarazada. Le propusieron hacerse otro aborto, pero Kristen se negó. Fue con su madre a un ginecólogo privado y le dijo que era una niña. La vio moverse por el aparato de ultrasonidos y pudo oír su corazón. Sin embargo, el médico le dijo que el bebé no era completamente normal. Aún así quiso seguir con el embarazo. Unos meses después nació una preciosa niña de tres kilos de peso y perfecta, a quien pusieron de nombre Lauren.
 
Aunque Nicole Saia se resistía a abortar, su novio insistía y prácticamente la obligó. En la clínica le inyectaron metotrexate, un potente químico para destruir al bebé. A las pocas horas se arrepintió, llamó al centro de abortos y le dijeron que ya no se podía hacer nada, porque el feto estaría ya muerto.
Acudió al doctor Steven Roth, especialista del “Genesis Women's Center”, y esté le recetó Leukovorin, un fármaco utilizado para paliar los efectos de la quimioterapia en enfermos de cáncer. Era la primera vez que lo hacía, pero fue un éxito. El fármaco no sólo contrarrestó el efecto del abortivo, sino que preservó el feto de malformaciones.
 
 “Rivanolito” es el sobrenombre por el cual muchos conocen este caso que sucedió en Cuba, donde abortar no sólo es libre sino aconsejable, y, en algunos casos, obligatorio. Afortunadamente hay personal médico provida que, a veces, protagoniza milagros dignos de ser inmortalizados. La mamá del niño de nuestro relato tenía más de 35 años e hijos mayores cuando se quedó embarazada. Por temor a que naciera con síndrome de Down o alguna otra malformación, se le aconsejó que abortara y así lo hizo. El aborto consistió en la introducción mediante una sonda en el cuello del útero de una elevada dosis de Rivanol, sustancia amarillenta que produce fuertes contracciones y provoca la expulsión del niño. En muchas ocasiones, dependiendo del tiempo de gestación, el niño nace vivo y llorando. Ésta fue una de ellas. Pero unos hechos providenciales cambiarían el destino del recién nacido.
Ese día se encontraba trabajando una enfermera sin experiencia, y, al ver que el niño estaba vivo, lo llevó corriendo a la unidad de cuidados intensivos de neonatología. Normalmente, como hemos visto en los estudios que acabamos de citar, cuando los niños nacen vivos se les aparta y mueren enseguida debido a su inmadurez pulmonar. Como el bebé había nacido con suerte, ese día estaba de guardia un médico provida. Gracias a los cuidados de los dos profesionales, el niño, llamado cariñosamente Rivanolito, es hoy un chico normal físicamente, salvo una dolencia asmática causada por el abortivo.
 
Nancy Jo Mann contaba personalmente su experiencia del aborto, y su testimonio salió en un artículo del periódico “Washington Times”.
Yo entré a la clínica y pregunté:
- ¿Qué me van a hacer?
- Te vamos a sacar un poco de líquido y vamos a introducir un poco de otro líquido. Vas a tener calambres y expulsarás el feto.
- ¿Eso es todo?
- Eso es todo.
Eso no sonaba tan mal. Pero lo que sucedió fue muy distinto.
Yo fui al hospital y me extrajeron 60 cm³ de líquido amniótico y me inyectaron una solución salina concentrada. Cuando la aguja traspasó mi abdomen, yo me odié a mí misma. Cada célula de mí ser quería gritar: “Por favor, deténgase, no me haga eso”.
Pero una vez que la solución salina ha sido inyectada, ya no hay nada que pueda revertirlo. Y, durante una hora y media, sentí a mi hija dar vueltas violentamente, mientras era ahogada, envenenada, quemada y sofocada hasta morir. Yo no sabía que esto iba a ocurrir. Yo recuerdo haberle dicho a mi bebé que no quería que sucediera esto. Y, sin embargo, ella estaba muriendo.
Recuerdo la última patada en mi lado izquierdo. Ya no tenía fuerzas. He tratado de imaginarme el morir con esa clase de muerte, con una almohada puesta sobre uno y sofocándonos.
Luego me aplicaron una inyección intravenosa para ayudar a estimular el proceso del parto durante doce horas. A las 5:30 a.m. del 31 de octubre tuve a mi hija, cuyo nombre es ahora Charmaine Marie.
Ella tenía catorce pulgadas de largo. Pesaba más de una libra y media.Tenía la cabeza con cabello y sus ojos estaban abriéndose. Yo la sostuve, porque las enfermeras no llegaron a tiempo a la habitación. Yo misma recibí a mi niña.
Ellas me la arrancaron de mis manos y la arrojaron a una chata... Ella no era un feto, un producto de la concepción ni un tejido adherido a la pared uterina. Ella era mi hija y yo pude sostenerla con tan solo cinco meses y medio.
En 1982, Nancy fundó la Institución “Mujeres explotadas por el aborto”(WEBA: women exploited by abortion), que está constituida por miles de mujeres que han tenido abortos y que ahora hablan alto a favor de la vida. En el caso de Nancy sólo la conversión a Jesucristo la salvaron del suicidio.
 
Gianna Jessen refiere: Tengo 19 años y soy de California. Soy adoptada y sufro de palasia cerebral. Mi madre biológica tenía 17 años; y siete meses y medio de embarazo, cuando decidió abortarme por el proceso de inyección de una solución salina concentrada. Afortunadamente, el abortista no estaba en la clínica al nacer yo el 6 de abril de 1977. Si él hubiera estado allí, no estaría yo hoy aquí. Hay quien dice que yo soy un aborto fracasado o el resultado de un trabajo mal hecho.
El asunto es que, al nacer viva, la enfermera no sabía qué hacer y llamó al servicio médico de emergencia; y éstos me llevaron al hospital, donde estuve casi tres meses. Al principio, no había muchas esperanzas de sobrevivir, pesando tres libras.
Me diagnosticaron parálisis cerebral como resultado del aborto. Le dijeron a mi madre adoptiva que era muy dudoso que alguna vez pudiera gatear o caminar. No me podía sentar por mí misma. Pero, con ayuda de soportes en Las piernas, logré caminar un poco antes de cumplir cuatro años. Ahora, después de cuatro cirugías, puedo caminar sin ayuda. No es siempre fácil; a veces, me caigo, pero he aprendido a hacerlo con gracia después de 19 años.
Estoy contenta de estar viva. Casi morí, pero cada día le doy gracias a Dios por la vida. No me considero un producto secundario de la fecundación o un montón de células... Soy feliz. La alegría me la da Dios. Lo quiero mucho y le agradezco que me haya salvado. El Señor me hace estar siempre contenta y me da una vida feliz.

VÍA CRUCIS DEL NIÑO POR NACER


 
 

PRIMERA ESTACIÓN: JESÚS CONDENADO A MUERTE.
 

Tú, Señor eres condenado a muerte por amor al hombre y yo, en cambio,Por falta de amor. Te pido que llenes de amor el corazón de mis padres para que puedan quererme y aceptarme tal como soy.

 

SEGUNDA ESTACIÓN: JESÚS CAMINO DEL CALVARIO.
 

Señor, a Ti te hicieron llevar la cruz hasta el Calvario. También a mí me han cargado con la cruz de ser un indeseado. Todos me maldicen y dicen que debo ser eliminado, porque no soy nada ni valgo nada. Por favor, hazles entender que soy tu hijo, que me amas infinitamente y que para Ti valgo más que el mundo entero.

 

TERCERA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ.

 
Señor, Tú caes por el pecado de la humanidad, yo por una caída de mis Padres. Tengo que morir por un embarazo no deseado. Para ellos soy un problema que hay que solucionar. Señor, ten compasión de mí y diles que Tú sí me amas y me deseas y que has creado mi alma con infinito amor.
 
CUARTA ESTACIÓN: JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE.
 

 Señor, estoy encerrado en el vientre de mi madre y ella me quiere matar.
No me quiere. Si mi madre no me ama, Tú al menos, Dios mío, dime que me amas y que me harás feliz eternamente en tu cielo. Dile a mi mamá que, a pesar de todo, la quiero y la perdono y espero encontrarme un día con ella en el cielo para estar unidos por toda la eternidad.


QUINTA ESTACIÓN: JESÚS AYUDADO POR EL CIRINEO.

 
Señor, el Cirineo te ayudó a llevar tu cruz. Para mí no hay Cirineo alguno.
Me siento solo ante la muerte. No tengo adónde huir. Nadie escucha mis gemidos. Nadie tiene compasión de mí. Por favor, mi Señor, ayúdame Tú a soportar mi dolor y, cuando llegue el momento supremo de mi muerte y esté crucificado en la camilla de una clínica abortista, envía a uno de tus ángeles para que me lleve directamente al cielo.
 

SEXTA ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS.

 
Señor, Tú tuviste una Verónica que se compadeció de Ti ¿Quién será mi Verónica? ¿No habrá algún alma piadosa que rece por mí una oración para calmar mi dolor? Dile a mi ángel de la guarda que me sostenga en sus manos y me consuele, porque es muy duro para mí no tener padre ni madre que me quieran, ni familiares que se acuerden de mí.
 

SÉPTIMA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ.

 
Señor, Tú te caíste por segunda vez. Y mis padres siguen cayendo en el miedo. Creen que yo vengo a quitarles el sustento, que voy a quitarles la tranquilidad, que voy a ser para ellos una carga pesada. ¡Soy tan pequeñito y tan débil y me tienen miedo! Por favor, Señor, repítele a mí madre como a Jairo: No tengas miedo, solamente confía en Mí (Mc 5, 36).
 
OCTAVA ESTACIÓN: JESÚS SE ENCUENTRA CON LAS MUJERES.

 
Señor, las santas mujeres lloraron por Ti, quizás algunos llorarían por mí si supieran de mi existencia. Hay mucha gente buena en el mundo, pero no podrán impedir mi muerte, porque ha sido legalizado el aborto. Señor, recoge mis lágrimas en tus manos y lava con ellas los pecados de mis padres. Diles que los amo y los perdono y les envió un beso de amor, esperando encontrarme con ellos un día en tu Reino.
 

NOVENA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ.

 
Jesús, Tú caíste tres veces. Mis padres siguen cayendo en el temor, me consideran un intruso en sus vidas. Tienen miedo al qué dirán. Tienen miedo al futuro y han decidido eliminarme. Le decisión está tomada. Tengo que morir. No hay lugar para mí en su casa, ni en su corazón. Tú, al menos, Señor, recíbeme en tu Corazón divino y en la Casa de tu Reino.
 

DECIMA ESTACIÓN: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS.

 Señor, Tú fuiste expuesto desnudo ante la gente. Yo nunca he tenido ropas. Mi piel es mi única vestidura y seguramente me la quitarán y querrán despojarme de mis órganos y tejidos para hacer cremas u otras cosas útiles para ganar dinero. Yo, como persona, no valgo nada para ellos y me quitarán hasta lo poco que vale mi cuerpo. El resto lo echarán a la basura. Ten compasión de ellos, porque yo los perdono.
 
UNDÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS ES CRUCIFICADO..

 
Señor, a Ti te colgaron de una cruz. A mí me crucificarán y me sacarán a pedacitos y contarán todos mis huesos para que no quede ninguno en el vientre de mi madre que pueda infectarla. Y después de aprovechar lo aprovechable, me tirarán a la basura. Ese será mi triste final, pero yo sé, Señor, que más allá de la muerte Tú me esperas y me recibirás con los brazos abiertos. Gracias, Señor, por amarme así como soy, tan pequeñito, a pesar de que nadie me conoce ni me quiere.

 

DUODÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ.

 
Señor, Tú mueres. Yo también. Tú mueres por la humanidad. Yo también te ofrezco mi vida por ellos. Perdónalos, porque no saben lo que hacen. Perdona a mis padres, al médico abortista y a sus ayudantes, perdona a los que han querido silenciar mi dolor, legalizando el aborto. A todos les ofrezco mi perdón y mi amor. Ten compasión de mí y de ellos y danos a todos tu paz eternamente.
 
DECIMOTERCERA ESTACIÓN: JESÚS BAJADO DE LA CRUZ.

 Señor, Tú fuiste bajado de la cruz para recibir el abrazo y el cariño de tu Madre y de las santas mujeres. A mí, después de la muerte, nadie me acariciará.
Nadie me recibirá. Nadie pensará en mí. Por eso, Señor, dame Tú el cariño humano que me faltará y dime que la vida continúa y que después de mi muerte, me esperas para hacerme feliz eternamente. Gracias por quererme tanto y hacerme tan feliz.

 

DECIMOCUARTA ESTACIÓN: JESÚS ES SEPULTADO

 
Señor, a Ti, después de muerto, te ofrecieron un sepulcro nuevo. A mí un contenedor de basura. Pero no importa, lo importante es que, aunque mi cuerpo desaparezca en el camión de basura o entre las llamas de un incinerador, Tú me recibas con amor y me llenes de felicidad.
 

DECIMOQUINTA ESTACIÓN: JESÚS RESUCITA.

 
Señor, después de tu Pasión y de tu muerte vino tu resurrección. Para mí también llegará el día de la resurrección. Valió la pena haber venido a este mundo para poder así gozar eternamente de tu felicidad. Valió la pena haber sufrido y ser sacrificado como Tú. ¡Espero mi resurrección!.
 

EL ABORTO


 
Es un atentado contra la vida de seres humanos inocentes e indefensos todavía por nacer. Se considera que hay aborto desde el primer momento de la concepción, cuando el óvulo es fecundado, porque como hemos anotado, la OMS tiene su propia teoría, considerando que el aborto sólo se da a partir de la implantación del óvulo fecundado en el útero.
En muchos países se está legalizando el aborto como si fuera un avance científico de países modernos y progresistas. Parece que para muchos, matar (por el aborto) es signo de desarrollo. ¿No será más bien señal de subdesarrollo moral?
 

a) EXAGERACIONES Y MENTIRAS.

En todos los países, para legalizar el aborto, sus partidarios acuden a la mentira, inflando cifras inexistentes para convencer a la población de que tenga piedad de tantas madres que mueren por el aborto ilegal, como si el aborto legal fuera seguro y no murieran muchas mujeres, a pesar de estar legalizado el aborto en sus países.

Antes de la legalización del aborto, había en USA entre 100.000 y 200.000 abortos ilegales cada año. A partir de su legalización, el número de abortos fue aumentando hasta la cifra actual de un millón seiscientos mil. La muerte de mujeres no ha disminuido, sino que ha aumentado en proporción al número de abortos. Por eso, llamar aborto seguro al aborto legal es una gran mentira.

 
 
Actualmente el aborto es considerado por muchos como un medio para el control de nacimientos y no hay posibilidad de parar la avalancha.
 
Pero hay otra gran mentira en el proceso de legalización del aborto en Estados Unidos. Nos referimos al famoso caso de Roe versus Wade en el que el Tribunal Supremo de Estados Unidos, el 22 de enero de 1973, dio sentencia favorable para introducir el aborto en ese país. La interesada Jane Roe, a cuyo favor se dio la sentencia, se llamaba Norma McCorvey, no Jane Roe.
 
En una entrevista a la periodista Silvia Kramar para el Diario Il Giornale de Italia, del 17 de enero del 2005, afirma: Una de las confesiones que debo hacer es que en 1973 mentí declarando haber quedado embarazada después de haber sido violada por una banda. Sarah Weddignton (mi abogada) basó en ello buena parte de la moción, sabiendo que los americanos habrían estado ciertamente a favor de la interrupción del embarazo para una mujer violada.
Pero no era verdad. Había mentido. La ley que ha matado a millones de vidas nació de una mentira…
Después me ofrecieron trabajar en una clínica abortista. Acepté. A
cambio de seis dólares a la hora me convertí en la secretaria. Hacía de todo:
 
 
daba citas, explicaba a las clientas que no era un niño, sino una “menstruación fallida”. A menudo mentíamos sobre la duración del embarazo, porque más allá de las diez semanas, las pacientes debían pagar el doble. Cuando yo iba a la cámara frigorífica y veía los trozos, las piernas y las cabezas de los fetos echados en una tinaja, volvía a casa y me emborrachaba. En 1995 los del movimiento provida instalaron una sede al lado de la clínica. Iban ante mi ventana con eslóganes como “el aborto detiene un corazón que late”, “el aborto es un holocausto americano”, “es un hijo, no una opción”.
 
 
Hacíamos abortos incluso en el segundo trimestre de embarazo. Un día una chica alzó la cabeza, vio el piececito del niño y se puso a gritar. Debí decirle que se equivocaba; pero, mientras estaba pagando, me miró con los ojos rojos a la cara y me dijo: “Sabe muy bien lo que he visto. Me habíais dicho que no era un niño”. Yo no podía más.
 
Hice amistad con mis vecinos del movimiento por la vida. Eran serenos,delicados y vivían los preceptos del cristianismo. Había una mujer, Ronda Mackey, que trabajaba para la Rescue Operation (Operación rescate). Tenía una hija llamada Elisabeth, de siete años. La invité a jugar a mi oficina en la clínica. Ella me pidió ir con ellos a la iglesia. Durante una misa, caí de rodillas y pedí perdón a Dios por todo lo que había hecho.
 
Ese fue el principio de su conversión para convertirse en una buena
católica y defensora de la vida del no nacido. Ella misma, el año 2004, pidió a la Corte Suprema de Estados Unidos que revisara su caso, basándose en que todo fue fruto de una gran mentira y de que ahora existen nuevas evidencias de los efectos catastróficos del aborto. Para apoyar la petición de que el aborto es dañino para las mujeres, los abogados de McCorvey presentaron todas las evidencias científicas sobre secuelas del aborto junto con más de 1.000 declaraciones adjuntas de mujeres afectadas gravemente por sus abortos, pero su petición no fue atendida. Ahora Norma McCorvey es una de las líderes del movimiento por la vida de Estados Unidos.
 

b) VIOLACIÓN

Uno de los casos que más suelen sacar a relucir los proabortistas para legalizar el aborto es el de la violación, como para querer aparentar ser compasivos mientras que los provida aparecen como crueles, al exigirles que tengan ese hijo a toda costa. Pero la verdad es totalmente lo contrario. Aquí no se trata de una oposición entre la madre y el hijo. Ambos están íntimamente unidos.
 

En el peor de los casos, el niño puede darse en adopción. Pero si la madre aborta a ese niño, sufrirá toda su vida las consecuencias de su aborto. Al abortar, no se mata sólo a un inocente, sino que la madre queda también gravemente afectada sicológicamente.
 

Tres investigadores norteamericanos (David Reardon, Julie Makimaa y Amy Sobie) analizaron 192 casos de mujeres embarazadas a consecuencia de una violación y 55 casos de adolescentes o adultos concebidos de esta violación. En su libro Victims and victors declaran que el 69% de las mujeres decidieron dar a luz, el 29% abortó y el 2% sufrió un aborto espontáneo. De las que abortaron a propósito, el 93% aseguró que el aborto no solucionó sus problemas y que no lo recomendarían. Reconocieron que fue nocivo para ellas y que sintieron más vergüenza y sensación de culpa después de abortar, habiendo abortado por presiones familiares y sociales.
 
 
En cambio, de las mujeres que dieron a luz, ninguna se arrepintió; y el 80% manifestó mucha felicidad por haber tenido al niño. Ninguna declaró que no quisiera a su hijo o que deseara haber abortado.

Veamos el testimonio de algunas de estas mujeres que fueron violadas.

Kay Zibolsky refiere: Fui violada a punta de cuchillo a menos de una cuadra de mi casa, cuando tenía 16 años. Mi asaltante desconocido se perdió en la noche, dejándome herida después de haberme amenazado para que no se lo contara a nadie. En 27 años no lo conté nunca, excepto a mi esposo muchos años después.
Concebí y di a luz una niña después de la violación; ella era preciosa. Cuando Robin tenía 18 meses la di en adopción, pero Dios tenía un plan especial.
 

Después de mi propio proceso de sanación, me había preparado y nos conocimos, cuando ella tenía 27 años. Sus primeras palabras para mí fueron: “Caramba, me alegro muchísimo de que no te hayas hecho el aborto”. Robin resultó ser una parte importante del proceso de sanación y le doy gracias a Dios hoy en día, porque no hice nada en mi juventud por lo cual hubiera tenido que sufrir el resto de mi vida, ya que no le hubiera dado la oportunidad a mi niña de decirme aquellas conmovedoras palabras. El mal llamado aborto “legal y seguro” la hubiera silenciado para siempre.
 

Testimonios como éste demuestran que, por encima de la mezquindad y la vileza de los promotores de la cultura de la muerte, resplandece la grandeza de la vida, la generosidad y el amor.

 
Jackie Bakker dice: Cuando tenía 19 años fui violada a punta de pistola.
Me sentí sucia, usada y robada en toda mi dignidad. Cuando se lo dije a mis padres, mi papá se horrorizó de que estuviera embarazada, especialmente de un violador.
 
 
 En Paternidad Planificada me dijeron que el aborto era la única solución y no me ofrecieron alternativas. Mis padres me hicieron testificar ante el fiscal sobre la violación para que pudiera tener un aborto legal.
 
 
Sentí una terrible presión de todos, especialmente de mis padres, y al final cedí. Me inyectaron una solución salina y 18 horas mas tarde “di a luz” una pequeña bebita muerta que estaba totalmente formada y era perfecta. Sentí un vacío que nadie puede llenar, los efectos del aborto continuaron mucho tiempo después de los recuerdos de la violación.
 
 
 Por los próximos tres años experimenté horribles depresiones y pesadillas. Al contrario de todo lo que me habían dicho, era mucho más difícil lidiar con el recuerdo del aborto que con el de la violación. La violación fue un crimen terrible contra mí, una víctima inocente. El aborto fue la matanza de mi hijo inocente y yo participé voluntariamente.
 

Odié al hombre que me había hecho esto. Pensé que lo que él hizo era terrible y cruel: me había violado. Pero inmediatamente después que aborté a mi hijo, me di cuenta de que lo que había hecho era aún más cruel. Yo había creado una nueva víctima y era la única persona responsable por ello. Me sentí mucho más culpable por el aborto ya que éste no me borró el recuerdo de la violación, solamente me dejó con otras cosas a las que tuve que enfrentarme.

 
c) ABORTO EUGENÉSICO
 
Es el que se realiza para evitar que el niño nazca con alguna malformación.
Hoy es muy común hacerse pruebas durante el embarazo con el fin de ver el estado de salud del feto y poder detectar alguna posible enfermedad o malformación y así poder abortar cuanto antes. En algunos países se está haciendo ya obligatoria está práctica en vista a evitar el nacimiento de niños enfermos que son una carga para sus padres y para el Estado.
 
 
El renombrado constitucionalista brasileño Celso Bastos, en una entrevista a la revista Catolicismo, dijo: Participé en una discusión en la que un médico,dueño de diversas clínicas, defendía el aborto. Él decía que con un aparato de ultrasonidos se puede conocer con un 80% de certeza si el feto sufre de mongolismo, en cuyo caso podría ser abortado. Le pregunté, ya que admitía un 20% de inseguridad: ¿Por qué no dejar nacer a la criatura y matarla después?  Así tendríamos un 100% de certeza. Él no tuvo respuesta y se irritó.
 
 
Hay diferentes métodos de diagnóstico prenatal. La ecografía, realizada hacia la vigésima semana, puede detectar el 95% de anomalías o malformaciones, pero se dan muchos errores de mala interpretación, debidos a la falta de preparación de los operadores. Sin embargo, es la técnica más aceptable, porque no se han detectado riesgos importantes. Otros métodos de diagnóstico tienen mayores riesgos de aborto y habría que evitarlos a toda costa.
 
 
La amniocentesis o prueba del líquido amniótico tiene un riesgo de aborto del 1%, si se hace en época tardía, pero si se hace entre la 11 y 12 semanas, o antes, el riesgo se eleva al 5%.
 
La embrioscopia tiene un riesgo de aborto de 8 a 9%. La fetoscopía,realizada alrededor de la semana 18, tiene un riesgo que supera el 6%. Y todas las técnicas que exigen extraer células, tejidos o sangre fetales, son arriesgadas y con un mayor tanto por ciento de abortos. Por ello, hay que desecharlas.
 
 
El problema es que ninguna de las técnicas actuales son fiables al 100% y con frecuencia los médicos han aconsejado el aborto por haber supuesto que había malformaciones o enfermedades que no existían.
 
En Italia ocurrió un hecho muy lamentable que causó polémica a nivel mundial. Una mujer recurrió al aborto de su hijo de 22 semanas, porque según el diagnóstico médico tenía una malformación. En las cuatro ecografías que le habían hecho en el hospital Careggi de Florencia el año 2007 se manifestaba una malformación congénita según la cual el esófago y el tubo digestivo no tenían continuidad; pero, al abortarlo, comprobaron que todo había sido falso. ¿Cuántos niños habrán tenido que morir por falsos diagnósticos o por haberse realizado esa prueba sin necesidad?
 
El problema de fondo es si ese niño, aunque nazca enfermo, es un ser humano y tiene derecho a la vida o no. El Papa Juan Pablo II dijo claramente: La Iglesia cree firmemente que la vida humana, aunque débil y enferma, es siempre un don espléndido del Dios de la bondad.
 
Uno de los casos más frecuentes para esta clase de abortos es el síndrome de Down. Muchos padres no pueden aceptar un niño así y tratan de eliminarlo por cualquier medio, antes o después del nacimiento. Sin embargo, estos niños, que necesitan mucho amor, son para sus familias una fuente inmensa de bendiciones y de alegrías. Así me lo decía mi amigo Carlos Ávila, que tiene once hijos y el último es precisamente Down. Me aseguraba: Este último hijo ha sido una bendición para toda la familia y todos lo queremos mucho y lo ayudamos en todo.
 
 
El famoso rey del aborto, Bernard Nathanson, contaba esta anécdota: Cuando estuve con mi esposa en Nueva Zelanda, almorzamos cierto día con sir Wiliams Lilley, que es el más importante fetólogo del mundo, y nos contó que habían tenido cuatro hijos que ya eran mayores, y, al quedar solo el matrimonio,
adoptaron un niño Down. Pues bien, este señor nos dijo que ese hijo mongólico les había proporcionado más satisfacciones que cualquiera de los otros cuatro hijos de su matrimonio.
 
 
 
Una madre de 27 años de Avilés, España, deficiente mental, estaba embarazada de seis meses y sus padres pensaron que el niño nacería también con deficiencia mental. Sus padres acudieron para que le hicieran el aborto, pero la Clínica no aceptó por haberse pasado el tiempo legal. Los padres acudieron al juzgado para que autorizara el aborto. Este fue un caso emblemático en toda España. Los defensores de la vida ya le habían puesto nombre: Pelayo, si era hombre; y Covadonga, si era mujer. Hubo cientos de peticiones a la fiscalía, implorando por la vida del niño. Muchas familias se comprometían a adoptarlo.
 
Además, el riesgo del aborto era mayor que el de un parto normal o por cesárea.
Sin embargo, el juez dictó sentencia favorable al aborto y Pelayo murió. Había sido uno de los niños más queridos y deseados de toda España en 2004. Su injusta muerte sirvió para sacudir muchas conciencias dormidas.
 
Un caso hermoso, que ocurrió en Estados Unidos, fue el de Samuel, a quien detectaron espina bífida y pudieron curarlo, operándolo en el seno materno.
 
El doctor Joseph Brunner operó a Samuel Alexander Armas, un feto de 21 semanas, que tenía una malformación llamada espina bífida. En estos casos la columna vertebral se queda abierta y la médula espinal se daña, por lo cual la persona normalmente se queda inválida. Su madre, Julie, una enfermera de 27 años, había tenido dos abortos espontáneos antes de quedar embarazada de Samuel. A las 14 semanas de gestación empezó a sufrir de calambres y la ecografía mostró las anomalías del bebé. Desecharon la opción de abortar y solicitaron la ayuda del doctor Brunner.
 
La operación fetal se realizó con total éxito. Lo excepcional y hermoso de este caso es que un fotógrafo, presente en la operación, captó una imagen de la mano de Samuel, saliendo fuera del vientre de su madre y agarrando fuertemente el dedo del doctor Brunner. La foto, titulada The Samuel´s first shake-hands (el primer apretón de manos de Samuel) dio la vuelta al mundo.
 

d) ABORTO TERAPÉUTICO
 

En muchos países, para legalizar el aborto, comienzan por presentar los tres casos especiales: violación, malformación del feto y el peligro para la vida de la madre. Después se abre la puerta cada vez más hasta llegar al aborto a petición. El aborto terapéutico es el realizado cuando está en riesgo la vida de la madre.
 
 
 
En la historia humana hay muchos casos de mujeres valientes que supieron dar su vida en favor de la de sus hijos, a los que no quisieron abortar.
 
Uno de los casos más importantes fue el de Gianna Beretta. Se casó con Pietro Molla el 23 de setiembre de 1955. En menos de cuatro años dio a luz tres hijos.
 
En el cuarto embarazo apareció un fibroma en el útero y fue necesaria una operación quirúrgica. Ella le declaró al cirujano que debía ocuparse primero de salvar la vida de su criatura. Al día siguiente de dar a luz a Gianna Emmanuela, aparecieron complicaciones. Una peritonitis séptica la llevó a la muerte en pocos días, el 28 de abril de 1962. Fue beatificada por el Papa Juan Pablo II en la basílica vaticana el 24 de abril de 1994.
 


Otro caso ejemplar. María Beltrame Quattrocchi quedó embarazada en 1913. Todo fue bien hasta el final del cuarto mes. De pronto vino una violenta e imparable hemorragia. El diagnóstico era placenta previa, que en aquel tiempo era como sentencia de muerte para la madre y el hijo. Le aconsejaron abortar,porque la posibilidad de sobrevivir en ese tiempo era de un cinco por ciento. Los dos esposos decidieron seguir adelante y orar intensamente. El 6 de abril de 1914 nació su cuarta hija, Enrichetta, sana y sin complicaciones, pudiendo superar la infección que tuvo después del parto. De sus cuatro hijos, dos son sacerdotes y una religiosa. Enrichetta es una buena madre de familia. Ambos esposos fueron beatificados por el Papa Juan Pablo II en Roma el 21 de octubre del 2001.
 
El caso de Carla Levati es hermoso. El 27de enero de 1993 moría en Italia a los 28 años, ocho horas después de haber dado a luz un niño que quiso traer al mundo pese a que los médicos le aconsejaron un aborto para operarla de cáncer. La mujer llegó al parto en estado de coma, después de meses de grandes sufrimientos físicos, soportados para evitar que los fármacos que podían calmarle el dolor dañaran al feto que llevaba en su seno. Morir antes que matar.
 
De acuerdo con su marido, Valerio Ardenghi, un albañil, Carla prefirió el sufrimiento y dar a luz al nuevo hijo. Su esposo escribió en estos meses un “Diario” de las angustias y dolores vividos día por día. En una de las últimas páginas escribió: “Gracias, Carla, por haberme convertido en un hombre”.